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sábado, 28 de febrero de 2009

El camino del Sol





















Un rayo cayo marcando el lugar en donde debia encontrar aquel talisman que puede enseniar la ciencia del bien y del mal... y asi lograr, con sus secretos poder descubrir el sitio al que llegan los sabios, por el camino del sol... Un trueno sono y pude volar, por tierras, montañas y el mar. La vida senti dentro de mi, y al viento pude acariciar... y descendi sobre del desierto, y un ser superior me dijo del templo sagrado, por el camino del sol...
Y al templo llegue, su luz me cego, estaba en presencia del rey. Y pude contar que en ese ritual, logre conocer la verdad. Y desperte, en el desierto, tenia ante mi, aquel talisman que enseñaba como ir al templo del sol.

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Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los dias los mismos trayectos; quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la television su guru. Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detras de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los dias quejandose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hara que conquistemos una esplendida felicidad.