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 Ciudad de la furia, Argentina

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miércoles, 1 de abril de 2009

Voces de noche dicen que ya no importa de donde venis. Si traes dinero podras alimentar; junto a la miseria vive el hombre. Sin darse vuelta, lejana intuicion porque tenias razon dentro del palacio los jueces se rien de vos, finalmente descubrimos algo. Esperando el milagro de creer que un dia llenaras la fuente, cambiaras tu vida; sobre la cornisa. Esperando el milagro suspirando penas, casi sin aliento ni fe pasaras los dias sobre la cornisa sin saber por donde suspirando penas, casi sin aliento.
No existe un mago que te haga feliz, no existe un hombre para servir. No vale nada lo que vos decis pero no tengas miedo del arlequin. Que caras mas sonrientes hay en el cartel; rien de todas las cosas que no van a hacer. Volvete globo que nunca se iran, esto es asi, siempre fue igual. Y si lo seguis te vas a decir que bueno el amo no va fingir. Como muñecos de un final feliz durmiendo alegres el porvenir; pero solito vas, solito vas...

solo, para pensar
solo, para mirarte
solo y no podes mirar

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Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los dias los mismos trayectos; quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la television su guru. Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detras de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los dias quejandose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hara que conquistemos una esplendida felicidad.