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 Ciudad de la furia, Argentina

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miércoles, 27 de mayo de 2009

A quien le vamos a tirar una pared cuando ya no nos quede nadie? Tal vez un perro fiel a cambio de comer soporte hasta lo insoportable. Temiendo ser peor, temiendo ser mejor, temiendo al fin, siempre temiendo. Viviendo en el ayer, aletargando el hoy. Me bato a duelo con quien diga que voy bien porque hay rachas en esta vida, soy grande y que? señor no vaya a confundir la soberbia con autoestima, que la soberbia mira desde mas arriba y no llora penas ajenas. En cambio el autoestima se transmite y contagia a cualquier persona buena. Juzgando al por mayor, te alejas mas y mas del juicio que mas importa; que es el juicio interior, que es el que hay que afrontar siendo parte de esta torta. Si como un pulpo vas tirando piedras, no hay donde esconder tantas manos. Es mejor asumir la cobardia de huir, a la responsabilidad de vivir.

No importa cuanto me puedas alejar de la realidad, yo siempre vuelvo.

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Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los dias los mismos trayectos; quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la television su guru. Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detras de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los dias quejandose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hara que conquistemos una esplendida felicidad.