Datos personales

Mi foto
 Ciudad de la furia, Argentina

Archivo

viernes, 10 de julio de 2009

Un dia los enanos se rebelaran contra Gulliver..

Todos los hombres de corazon diminuto armados con palos y con hoces asaltaran al unico gigante con sus pequeños rencores, con su bilis, con su rabia de enanos afeitados y miopes. Pobre de ti, Gulliver, pobre de ti, el dia que todos los enanos unan sus herramientas y su odio, sus costumbres, sus vicios, sus carteras, sus horarios. No podran, no podran perdonarte que seas alto. Para ellos la generosidad no es mas que un lujo que no pueden pagarse, viven alimentados por la envidia que los habita en forma de costumbre. Miralos revolverse recelosos tras sus gafas. Te acusaran, de ser el tuerto en el pais de los ciegos, de ser quien habla en el pais de los mudos, de ser el loco en el pais de los cuerdos, de andar en el pais de los cansados, de ser sabio en el pais de los necios, de ser malo en el pais de los buenos, de divertirte en el pais de los serios, de estar libre en el pais de los presos, de estar vivo en el pais de los enanos, de ser la voz que clama en el desierto...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los dias los mismos trayectos; quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la television su guru. Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detras de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los dias quejandose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hara que conquistemos una esplendida felicidad.