Datos personales

Mi foto
 Ciudad de la furia, Argentina

Archivo

viernes, 25 de febrero de 2011

           Dichos...

Dicen que nada es eterno, no hay mal que dure cien años, que lo bueno dura un rato y que el camino hay que hacerlo. Dicen que el mundo es pañuelo y que llorar no es de hombre. Que a la suerte hay que ayudarla, que hay seguir aunque duela, que seguro esta entre rejas y no pierdan la esperanza. Que la familia es primero y yo que no creo mas nada, con la mirada nublada entre a pedirte consejos. Tantos dichos y en silencio el pensamiento ametralla, la procesion va por dentro mientras te llueven las balas. Tantos refranes al viento, hacen nombrar las campanas. Tal vez ahora sea el tiempo de definir la jugada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los dias los mismos trayectos; quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la television su guru. Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detras de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los dias quejandose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hara que conquistemos una esplendida felicidad.