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 Ciudad de la furia, Argentina

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viernes, 6 de enero de 2012

Donde fuiste feliz alguna vez no debieras volver jamas: el tiempo habra hecho sus destrozos, levantando su muro fronterizo contra el que la ilusion chocara estupefacta. El tiempo habra labrado, paciente, tu fracaso mientras faltabas, mientras ibas ingenuamente por el mundo conservando como recuerdo lo que era destruccion subterranea, ruina. Si la felicidad te la dio un hombre ahora habra envejecido u olvidado y solo sentiras asombro - el anticipo de las maldiciones. Si una taberna fue, habra cambiado de dueño o de clientes y tu rincon se habra ocupado con intrusos fantasmagoricos que con su ajeneidad, te empujan a la calle, al vacio. Si fue un barrio, hallaras entre los cambios del urbano progreso tu cadaver diseminado. No debieras volver jamas a nada, a nadie, pues toda historia interrumpida tan solo sobrevive para vengarse en la ilusion, clavarle su cuchillo desesperado, morir asesinando. Mas sabes que la dicha es como un criminal que seduce a su victima que la reclama con atroz dulzura mientras esconde la mano homicida. Sabes que volveras, que te hallas condenada a regresar, humilde, donde fuiste feliz. Sabes que volveras porque la dicha consistio en marcarte con la nostalgia, convertirte la vida en cicatriz; y si has de ser leal, giraras errabunda alrededor del desastre entrañable como girase un perro ante la tumba de su dueño...

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Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los dias los mismos trayectos; quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la television su guru. Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detras de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los dias quejandose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hara que conquistemos una esplendida felicidad.