La lluvia me trae recuerdos de otras épocas. Donde recitábamos nuestros sueños en una esquina, sin importar si alguien nos oía, o si solo parecíamos locos hablándole a la vida. Donde una suerte mejor nos acompañaba… Con una sonrisa bastaba para hacer feliz a un niño. Con un abrazo curábamos cualquier daño. Días que corrían como agua en nuestros dedos. Las ganas, la alegría, los sueños, la ingenuidad, los miedos… ¿Adónde quedaron aquellos días? Hoy me puse a pensar y no logre encontrar una respuesta certera… La ciudad, los árboles, las calles, la brisa; parecen ser las mismas. Pero nosotros no somos los mismos. Nuestro destino cambio. Miro a mí alrededor y encuentro vacío, violencia, ironía... Se que no puedo vivir en el pasado, también que no existe el futuro. Pero… ¡qué difícil es vivir solo el presente! Habrá que cambiar nuevamente de rumbo. Tendré que seguir abocándome a mi fiel compañera, la música. Música compuesta por mil sonidos que todos oyen, pero nadie escucha. En la trama del mundo hay pliegues de maldad y sufrimiento, esos pliegues tienen vida propia. El mundo es un libro lleno de errores, pero los errores tienen sentido y corregirlos es uno de ellos. Los sonidos hoy son algo más que sonidos. La música es alma, vida, lágrima. Puede llegar a cambiar la forma de las cosas…
Pero... no sólo la lluvia me recuerda a otras épocas, también los días de sol en donde el invierno pasa desapercibido y nos hace creer que vivimos un día más de primavera con hojas que se desprenden del cielo… Días como hoy, siento que vuelvo a transitar por ese túnel, observando cada esquina de mi memoria, donde se ve reflejada la niña que alguna vez fui. Es muy fácil decirlo, todos fuimos niños alguna vez. Pero yo me pregunto, ¿alguna vez me sentí una niña?, ¿deje de serlo?... ¿cuándo?. Siento que en algún punto crecí de golpe, pero en otros puede que todavía siga estancada. Me di la cabeza contra el mundo, aprendí a interpretarlo, lo comprendí, descubrí sus formas. Reí, llore, me sorprendí, me desilusione… Aprendí que las personas llevan consigo mascaras; así aprenden a relacionarse sin quedar atrapados en aquellas trampas que desprende la voz humana. También que cada uno tiene una realidad, por mas irreal que sea. Esa “irrealidad” para muchos es su cable a tierra y logran ser felices así… Hay gente que vive de sus sueños, como yo. Gente que se aísla por temor, que se refugia en si misma para no enfrentarse a situaciones de cierto calibre. Viven de la costumbre, cobardía… A veces escribo queriendo gritar lo que escondo dentro de mí, otras simplemente ruego en un grito silencioso que me entiendan. Hoy no se si me sirve, hay tantas verdades que escondo, por no tener la valentía de contarlas… En el fondo, siento una infinita tristeza, pero a su vez esa tristeza me reconforta porque es lo único que me resulta familiar. Hoy ya no depende de mí… ya no hay sol, pero todos los días cuando despierto trato de dibujarlo y pintarlo con los colores que pinté mis sueños alguna vez, junto con una sonrisa…
"Hoy ya no depende de mí… ya no hay sol, pero todos los días cuando despierto trato de dibujarlo y pintarlo con los colores que pinté mis sueños alguna vez, junto con una sonrisa…"
ResponderEliminarque tipa grosa, loco, realmente. es genial. tremendo. espectacular.