Datos personales

Mi foto
 Ciudad de la furia, Argentina

Archivo

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La lluvia me trae recuerdos de otras épocas. Donde recitábamos nuestros sueños en una esquina, sin importar si alguien nos oía, o si solo parecíamos locos hablándole a la vida. Donde una suerte mejor nos acompañaba… Con una sonrisa bastaba para hacer feliz a un niño. Con un abrazo curábamos cualquier daño. Días que corrían como agua en nuestros dedos. Las ganas, la alegría, los sueños, la ingenuidad, los miedos… ¿Adónde quedaron aquellos días? Hoy me puse a pensar y no logre encontrar una respuesta certera… La ciudad, los árboles, las calles, la brisa; parecen ser las mismas. Pero nosotros no somos los mismos. Nuestro destino cambio. Miro a mí alrededor y encuentro vacío, violencia, ironía... Se que no puedo vivir en el pasado, también que no existe el futuro. Pero… ¡qué difícil es vivir solo el presente! Habrá que cambiar nuevamente de rumbo. Tendré que seguir abocándome a mi fiel compañera, la música. Música compuesta por mil sonidos que todos oyen, pero nadie escucha. En la trama del mundo hay pliegues de maldad y sufrimiento, esos pliegues tienen vida propia. El mundo es un libro lleno de errores, pero los errores tienen sentido y corregirlos es uno de ellos. Los sonidos hoy son algo más que sonidos. La música es alma, vida, lágrima. Puede llegar a cambiar la forma de las cosas…
Pero... no sólo la lluvia me recuerda a otras épocas, también los días de sol en donde el invierno pasa desapercibido y nos hace creer que vivimos un día más de primavera con hojas que se desprenden del cielo… Días como hoy, siento que vuelvo a transitar por ese túnel, observando cada esquina de mi memoria, donde se ve reflejada la niña que alguna vez fui. Es muy fácil decirlo, todos fuimos niños alguna vez. Pero yo me pregunto, ¿alguna vez me sentí una niña?, ¿deje de serlo?... ¿cuándo?. Siento que en algún punto crecí de golpe, pero en otros puede que todavía siga estancada. Me di la cabeza contra el mundo, aprendí a interpretarlo, lo comprendí, descubrí sus formas. Reí, llore, me sorprendí, me desilusione… Aprendí que las personas llevan consigo mascaras; así aprenden a relacionarse sin quedar atrapados en aquellas trampas que desprende la voz humana. También que cada uno tiene una realidad, por mas irreal que sea. Esa “irrealidad” para muchos es su cable a tierra y logran ser felices así… Hay gente que vive de sus sueños, como yo. Gente que se aísla por temor, que se refugia en si misma para no enfrentarse a situaciones de cierto calibre. Viven de la costumbre, cobardía… A veces escribo queriendo gritar lo que escondo dentro de mí, otras simplemente ruego en un grito silencioso que me entiendan. Hoy no se si me sirve, hay tantas verdades que escondo, por no tener la valentía de contarlas… En el fondo, siento una infinita tristeza, pero a su vez esa tristeza me reconforta porque es lo único que me resulta familiar. Hoy ya no depende de mí… ya no hay sol, pero todos los días cuando despierto trato de dibujarlo y pintarlo con los colores que pinté mis sueños alguna vez, junto con una sonrisa…

1 comentario:

  1. "Hoy ya no depende de mí… ya no hay sol, pero todos los días cuando despierto trato de dibujarlo y pintarlo con los colores que pinté mis sueños alguna vez, junto con una sonrisa…"
    que tipa grosa, loco, realmente. es genial. tremendo. espectacular.

    ResponderEliminar

 

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los dias los mismos trayectos; quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la television su guru. Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos. Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando esta infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detras de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye musica, quien no encuentra gracia en si mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los dias quejandose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe. Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hara que conquistemos una esplendida felicidad.